Embalaje primario

El embalaje primario, también conocido como embalaje principal o embalaje minorista, es aquel que está en contacto directo con el producto.

Podríamos decir que es la primera capa o material que envuelve y protege el producto.

El embalaje primario, además de proteger, cumple una importante función de “atracción y persuasión” para los consumidores.

Algunos ejemplos de embalaje primario son:

  • La botella de vidrio que contiene un vino
  • El tarro de plástico de una crema hidratante
  • La tarrina de un plato de comida prefabricada
  • La lata de un refresco
  • Un tarro de cristal que contiene una salsa de tomate
  • La caja de cartón que contiene una cámara de video
En definitiva, el embalaje primario podría definirse como el envoltorio pensado para constituir una unidad del punto de venta que va a adquirir un consumidor final.


Embalaje secundario

Permite crear unidades de carga agrupando varios empaques primarios. Por un lado, para responder a propósitos logísticos como un mejor transporte y almacenamiento. Pero también, con fines de marca, comercialización y exhibición del producto como ocurre en los supermercados o en las tiendas minoristas.

En ocasiones, el embalaje secundario se superpone con el embalaje primario, e incluso con el terciario.

Un ejemplo de embalaje secundario es la caja de cartón reforzada con plástico que agrupa 6 paquetes de leche formando un pack, que se vende en los supermercados.


Embalaje terciario

El embalaje terciario agrupa los productos con embalaje primario y secundario para su envío y almacenamiento.

Permite preparar unidades de carga que protegen la mercancía y facilitan su manipulación y transporte.

Las empresas que envían productos, sean del tipo que sea, emplean embalajes terciarios en el proceso de distribución.

Este tipo de embalaje raras veces es visto por los consumidores finales o consumidores domésticos.

La forma más común de preparar la mercancía con embalaje terciario es la paletización.